El universo, o una forma de narrar el pasado

Marcel Ventura

El Librero, Julio 2011

 
 

 
 
Siglo del Hombre Editores acaba de publicar un libro que bien puede convertirse en referencia iberoamericana de divulgación científica gracias al tono y la visión de su autor, el físico colombiano Sergio Torres Arzayús.

La idea de conversar, escribir un libro cercano que se valiera del diálogo para responder una pregunta inmensa que es la suma de muchas más: ¡De dónde venimos? La conciencia del origen ha movido desde siempre el péndulo del desarrollo humano y El big bang: aproximación al universo y a la sociedad (Siglo del Hombre Editores) es otro empujón hacia alguna parte. Si la historia es un camino para reconocer nuestro presente, ese infinito invisible en permanente expansión que se revela en su forma más elemental a través de las estrellas es un misterio que bien vale desentrañar: "Cada vez tenemos más respuestas. Es impresionante lo mucho que ha avanzado la ciencia en la comprensión de todo", asegura Sergio Torres Arzayús, como quien le quita espacio a la maravilla de no conocer: "Estamos a punto de completar un mapa del universo visible". El "estamos" no es retórico.

Torres es un físico colombiano que durante los últimos 25 años ha ejercido como investigador en grandes universidades de Europa y Estados Unidos, tiempo de proyectos notables como el que emprendió junto al Premio Nobel de Física George Smoot, con quien desarrolló un programa para el mapeo de la galaxia. Pero antes del universo, Torres se formó en la Universidad Pedagógica Nacional del Bogotá y hasta el día de hoy ha sido asiduo conferencista en charlas sobre el origen del universo: "Siempre se llenan. Van científicos, pero también gente curiosa y desde hace años tenía la idea de tomar las preguntas que me hacían con más frecuencia, y responderlas en un libro. Llevo mucho tiempo pensando en esto."

[El libro] El big bang no tiene reparos en hablarle directamente al lector, principalmente por dos razones. Primera, no está pensando en especialistas, y segunda, quizás más importante, es una suerte de homenaje a Galileo Galilei: "En aquel entonces había un debate cosmológico importante y su pecado fue escribir un libro en italiano, no en latín, con forma de diálogo. Él quería divulgar su visión de las cosas y yo me quise inspirar en él."

La mayor parte de los libros divulgativos que abordan el tema del universo están escritos en inglés, a menudo traducidos con poco tino, y para Torres, que ha leído muchos, era hora de hacer un aporte desde el castellano. "Te diría que hay tres tipos de libros científicos. Primero están los 'egolibros', donde el autor dice 'yo hice, yo dije'. Es una autobiografia de gente con mucho ego. Luego hay libros bien estructurados, bien hechos, que se venden como libros de divulgación pero no lo son, tanto que los suelo usar con mis estudiante de Física. Por último están los libros arrogantes y abstractos, que son la suma de los dos anteriores y ahí ubicaría a Hawking, que es la gran vedette de la astrofísica pero no le escribe a nadie sino a sí mismo." No todos entran ahí, por supuesto; autores como Carl Sagan fueron modelos a seguir para Torres, quien definitivamente no entra en ninguna de las tres categorías enumeradas.

A pesar de que algunos títulos de este tipo se han convertido en argumentos de ateísmo científico, la idea de este físico colombiano siempre fue la de respetar creencias y dogmas pues el gran objetivo es uno: inspirar jóvenes, hacerlos parte del mundo de la ciencia, un área en la que Torres reconoce grandes avances, sí, pero también un terreno fértil para hacer de Colombia una pequeña potencia.

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